…Creo que el principal valor que un museo ofrece a los niños está en estimular,
y más importante aún, en cautivar su imaginación, despertar su curiosidad de tal suerte que deseen penetrar más profundamente en el significado de lo que exhibe el museo.
John Cotton Dana
En las décadas del sesenta y el setenta del pasado siglo se produjo un incremento considerable de la intervención de toda una serie de entidades culturales y sociales en el ámbito propiamente educativo, reservado durante mucho tiempo a la institución escolar. Una de esas instituciones es el museo, que es cada vez menos un espacio para coleccionistas, conocedores, crí-
ticos de arte y una elite minoritaria y se ha acercado a las comunidades, aumentando su marcada función educativa.
Es interesante observar cómo en diferentes reuniones internacionales se tiende de manera creciente a asumir propuestas a favor del papel y el valor de la museología como ciencia social y humanista, como evidencian los siguientes documentos:
La participación comunitaria evita las dificultades de comunicación, característica del monólogo museográfico emprendido por el especialista, y recoge las tradiciones y la memoria colectivas, ubicándolas al lado del conocimiento científico. En este documento se considera indisoluble la relación territorio-patrimonio-comunidad; y que se lleve al hombre a confrontarse con la realidad por medio de elementos tridimensionales, representativos y simbólicos. Por tanto, son necesarios el diálogo y la participación comunitaria, evitando el monólogo de técnicos y especialistas.
Oaxtepec, México, 1984
… los museos no son solamente fuentes de información o instrumentos de educación, sino espacios y medios de comunicación que sirven al establecimiento de la interacción de la comunidad con los procesos y productos culturales .
Caracas, 1992
Los museos son instituciones al servicio de la sociedad y contribuyen al desarrollo sostenible, custodian y conservan el patrimonio de la humanidad, educan, reflejan y fortalecen los valores e identidades de las comunidades a las que sirven y son organizaciones dinámicas que responden a los cambios y desafíos del mundo actual.
I Cumbre Hemisférica de Museos “Museos y Comunidades Sostenibles”, Costa Rica, 1998
La Museología actual posee más de una vertiente: la Museología Social y la Museología Popular; su característica fundamental es la valorización del hombre como sujeto participativo, crítico y consciente de su realidad, hecho que a nuestro entender trasciende la valorización de la cultura material desvinculada de la realidad social y se sustenta en la relación estrecha entre los avances tecnocientíficos y las prácticas socioculturales que influyen en el desarrollo sostenible, custodian y conservan el patrimonio de la humanidad, educan, reflejan y fortalecen los valores e identidades de las comunidades a las que sirven y son organizaciones dinámicas que responden a los cambios y desafíos del mundo actual.
Río de Janeiro, 2004
Los temas sobre la relación educativa museo-comunidad, tales como la naturaleza de la educación en el museo, las relaciones con la escuela y la sociedad, la calificación del personal, los métodos de trabajo con un público diverso y la evaluación de los programas educativos son temas de debate actual en busca de mejorar estos vínculos. Y se propone que entre las funciones educativas de los museos se considere hacer didácticos los contenidos del museo; comunicar los fondos con el público; relacionar los fondos con su entorno; atender al público tipificadamente; preparar material didáctico; formar a quienes trabajan en las áreas educativas y, finalmente, investigar.
El Museo Postal cubano lleva el nombre de José Luis Guerra Aguiar, que fuera su primer director. Es un centro cultural que, además de conservar el patrimonio postal y filatélico, realiza una actividad educativa con diferentes públicos y cuenta con un equipo de trabajo con gran experiencia en su especialidad.
El museo cuenta con tres salas de exposición: una sala transitoria que reserva el espacio para las muestras personales de coleccionistas principiantes o consagrados; la sala principal, donde en diferentes vitrinas con piezas originales se marcan períodos históricos que abarcan la historia del correo universal y las pautas más significativas de ese servicio en Cuba; y la sala Cuba, que posee una importante colección especializada en historia postal y filatélica de nuestro país, expuesta en trescientos paneles. Además, mantiene un incremento sistemático de las colecciones que lo ha llevado a convertirse en uno de los más amplios y completos del mundo, lo que le confiere un elevado prestigio en los ámbitos nacional e internacional.
En su acción formativa, la institución establece una relación con la comunidad y con otros centros socioculturales, lo que le permite brindar su experiencia como institución cultural y divulgar la información acumulada sobre el tema postal y filatélico. El Museo Postal cubano realiza acciones formativas con la infancia y la adolescencia, bien desde sus vínculos con la escuela o en las actividades que se realizan en el propio museo.
Una investigación-acción-participativa en el Museo Postal
La propuesta de realizar la investigación surgió como parte deun trabajo que se viene realizando con gestoras y gestores comunitarios, y de la identificación en el Museo Postal de un área para la formación sobre la adolescencia de un grupo de especialistas que han realizado acciones con este grupo etáreo. La investiga-
ción tuvo como base una metodología que permitiera partir de las necesidades de aprendizaje de los sujetos implicados: la Metodología del Autodesarrollo Comunitario (variante de la IAP), una alternativa viable y una concepción teórica y metodológica afín con los propósitos de la investigación, lo cual está avalado por experiencias anteriores. Su objetivo fue desarrollar una estrategia formativa sobre la adolescencia con especialistas del Museo Postal cubano.
La estrategia formativa, diseñada a partir de una serie acciones que tributan a la formación de los sujetos implicados, tendría como tema la adolescencia en su relación con los adultos, en este caso con las gestoras y gestores comunitarios. El centro, entonces, serían las relaciones intergeneracionales, los paradigmas sobre la juventud y los modos de actuación con ella.
El intercambio inicial, la exploración del escenario y el diagnóstico
En un primer acercamiento al museo, se ofreció un curso sobre la adolescencia, el cual tuvo una buena acogida. Se propuso realizar la acción formativa con un grupo compuesto por seis compañeras especialistas de diferentes áreas del museo.
Las especialistas que han realizado acciones con adolescentes tienen una importante experiencia y conocimientos sobre los temas referidos a la actividad postal y filatélica, pero es mucho menor en lo referido a las características de las edades con las que están trabajando, así como sobre las técnicas y métodos para desarrollar sus actividades, cuestiones que fueron expresadas desde un intercambio inicial al propiciar un espacio formativo para estas especialistas como gestoras comunitarias. ¿Qué demandas formativas se pusieron de manifiesto en el intercambio inicial? – Conocer sobre la adolescencia.
– Conocer cómo relacionarse con sus hijos adolescentes.
– Conocer cómo relacionarse con los adolescentes con quienes van a trabajar.
En esta sesión se evidenciaron la gran preocupación por la crianza, los temores que produce el crecimiento de los hijos y su relación con el afuera. Predominaron más las angustias personales que la proyección del trabajo y se
hicieron observaciones críticas sobre la vida cotidiana.
Por ello nos propusimos constituir un grupo de gestoras comunitarias para trazar una estrategia formativa sobre la adolescencia, en el que se construirían saberes colectivos, partiendo de que estas especialistas tenían un conjunto de conocimientos sobre todo en la esfera postal y también sus experiencias anteriores en el trabajo con estas edades y sus referentes personales, lo cual contribuía al imaginario grupal e individual.
Posteriormente se realizó la exploración del escenario mediante sesiones de discusión grupales con el objetivo de conocer las principales necesidades de conocimientos que tenía el grupo en temas referidos a la adolescencia. Se seleccionó el grupo de discusión por ser una técnica que permite la realización de una conversación planeada en la que los participantes exponen sus ideas y comentarios sobre un área definida en un ambiente permisivo, relajado y confortable. Se realizaron sesiones de discusión grupal semanales entre el 8 y el 29 de junio del 2011.
En la primera se exploraron los sentimientos y las creencias de las especialistas del museo sobre la adolescencia, quienes al respecto expresaron: “Todas tenemos hijos adolescentes y por eso nos preocupa su crianza”. “Hay una pérdida de valores que está influyendo en la educación de los hijos, y a veces no se sabe como manejar esta situación”. “Otra cuestión que nos preocupa es la sexualidad, y ahora todo lo nuevo sobre la homosexualidad. Uno tiene temores, y también sobre las drogas”. Se expresó también la contradicción que se produce entre la necesidad de cumplir con el rol materno de ejercer control sobre los hijos y la necesidad de autonomía de los adolescentes, que dificulta el ejercicio de ese control.
En la segunda sesión se exploraron la visibilidad de la adolescencia como etapa del desarrollo y algunos elementos de la identidad adolescente. En cuanto a lo primero se planteó: “Es verdad que los adolescentes no siempre han sido como ahora: han ido cambiando”. “Es verdad que no se ve claramente a los adolescentes”.
A la pregunta “¿qué cambios se producen en la adolescencia?”, las respuestas fueron: “Se producen cambios en la comunicación entre las generaciones”. “Se producen cambios en los valores, y esto se ha ido generalizando”. “Se desarrollan, cambian, logran cosas nuevas, se sienten hombres y mujeres”. Y, ¿qué se gana y qué se pierde en esta etapa? “Pierden los juguetes, lo infantil, los gustos, la dependencia de los padres y los mimos; y ganan independencia, se sienten mayores, más pegados a los jóvenes, rebeldía, toman decisiones, se unen al grupo, muestran más pudor, y tienen cambios físicos y en la voz”.
En la tercera sesión se exploraron los paradigmas de juventud, las relaciones intergeneracionales y la participación juvenil. En cuanto a las relaciones intergeneracionales, se profundizó en las dificultades que se ponen de manifiesto en las relaciones de poder, tanto a nivel familiar como a nivel de la sociedad, y en la incidencia de los problemas económicos y sociales en la educación de los hijos, lo que se expresó en los siguientes comentarios: “Existe un aumento de la sobreprotección, que se manifiesta en querer dar más cosas materiales, en ir a verlos al campo más de una vez, cosa que nuestros padres no hacían con nosotros. Estamos todo el tiempo arriba de ellos y no queremos que pasen los trabajos que nosotros pasamos”. “Hoy entre los muchachos hay competencia para ver quién tiene más, hay desigualdades, problemas económicos que tenemos los padres que trabajamos”. “En los últimos tiempos hay un aumento del paternalismo de los padres hacia sus hijos, y también somos autoritarios”. “Hoy vemos una contradicción entre el desarrollo intelectual y el modo de vida. Muchas veces el que realiza un trabajo intelectual tiene menos posibilidades de satisfacer sus necesidades y las de su familia”. “Hay una generación, la nuestra, que logró rupturas importantes, pero, ¿hasta dónde llegó su protagonismo?”
En la cuarta sesión se exploró el modo de actuar, la metodología de trabajo, las dificultades y proyecciones de las acciones con los adolescentes. En este encuentro se comenzaron a abordar cuestiones relativas al trabajo que las especialistas realizaron con niños y niñas de sexto grado y al futuro de estas acciones, y se planteó la siguiente pregunta: “¿Cómo se han realizado hasta ahora las actividades con las y los adolescentes? ¿Qué experiencias han tenido al respecto?” A ella se dieron las siguientes respuestas: “Los encuentros se dividieron por temas y se prepararon en power point; también se realizaron visitas al museo.” “Vimos ya en la tercera clase que se ponían muy intranquilos y por eso cambiamos y los pusimos a dibujar.” “Dibujaron los sellos, hicieron una exposición con los dibujos que realizaron.” “Las temáticas que más les interesaron fueron la flora, la fauna y el deporte”
Estas sesiones de discusión dieron como resultado un diagnóstico que no solo permitió conocer las necesidades de orden temático, sino que pusieron de manifiesto aspectos valorativo-afectivos, metodológicos y dinámicos que se resumen a continuación:
En la expresión de creencias y sentimientos sobre la adolescencia predomina la ansiedad por la crianza de los hijos e hijas y el temor por la falta de control que implica su salida al afuera, a la calle, por las nuevas actividades que se producen en estas edades y por la sexualidad. Se expresa una contradicción entre el rol materno filial asignado desde lo social (“ser una buena madre implica control y protección de los hijos e hijas”) y las dificultades de ejercer ese control en la adolescencia. Se ponen de manifiesto el paradigma tradicional de la adolescencia como período preparatorio y las relaciones intergeneracionales adultocentristas.
No hay conciencia de la adolescencia en su trayectoria histórico-social, pero sí hay un reconocimiento de los cambios que se producen en esa etapa, sobre todo desde el punto de vista psicosocial y de sus nuevas identidades. Aparece una “visibilidad aterrante”, pero no en los y las adolescentes, sino en las madres, dada por la pérdida de poder y el temor a la autoafirmación de los hijos e hijas.
Se reconocen posturas de sobreprotección y paternalismo en los padres y madres de hoy y se expresan elementos del paradigma de la juventud como problema y de sus dificultades en la participación. Se visualiza más los adolescentes como consumistas que como actores del desarrollo. Se expresa la contradicción que en la sociedad cubana actual se genera a partir de la devaluación del valor del trabajo y de su incidencia en los problemas económicos que enfrenta la familia.
Se exponen criterios críticos acerca de las posiciones adultocéntricas que en nuestra sociedad han limitado el empoderamiento de las nuevas generaciones.
En cuanto a los modos de actuar (metodologías), son centralizados, regulados e institucionales, ya que se conciben como “clases-conferencias” sobre el tema postal y la filatelia. Hay un reconocimiento de que este modo de actuar produce seguridad en los especialistas coordinadores (paradigma adultista). No hay crítica de cómo esto determina las limitaciones en la participación.
En un principio, el grupo funcionó a un nivel muy vivencial enfocado en sus necesidades personales. En la medida en que parte de esas necesidades se expresaron, se fue moviendo hacia la tarea de la acción formativa. Se pasó entonces al siguiente paso, que fue el diseño del programa “El trabajo con adolescentes. Una propuesta metodológica”, cuyos contenidos temáticos fueron 1) Los cambios en la adolescencia, los paradigmas sobre la juventud, las relaciones intergeneracionales. 2) Los procesos de participación, cooperación, creatividad y conciencia crítica; la participación y la visibilización juveniles; expresiones juveniles, visibilización, participación protagónica; formas de participación y cooperación social; la creatividad en la infancia y la adolescencia; los talleres de creatividad. 3) Modos de actuar: métodos y técnicas; el trabajo grupal; empleo de las técnicas expresivas con adolescentes; la metodología del autodesarrollo; la actividad postal y la filatelia como una estrategia en las actividades con adolescentes.
Las temáticas del curso fueron valoradas con los integrantes del grupo, así como el tiempo de realización —treinta horas presenciales— en el que se trabajó con técnicas expresivas los elementos temáticos, dinámicos y metodológicos para, a partir de ahí, comenzar un proyecto colectivo y práctico en función de crear una estrategia para las actividades con adolescentes sobre las temáticas postal y filatélica.
El curso se realizó los días 12, 13 y 14 de octubre del 2011 en el teatro del Museo Postal Cubano, y del mismo se obtuvieron diferentes resultados. Desde el punto de vista metodológico se perfeccionó un programa para la formación de gestoras y gestores comunitarios y se propuso como proyecto colectivo la preparación de una guía para las actividades con adolescentes, por lo que a partir de la acción formativa el grupo pasó a la fase de proyecto.
El curso. Resultados de una acción formativa para gestoras comunitarias
Sobre la base de los ejes temáticos que se había propuesto el programa a partir de las necesidades de las gestoras, se trataron las cuestiones que a continuación se relacionan:
Se retomó el tema de los cambios en la adolescencia, las preocupaciones por la sexualidad, el excesivo paternalismo con que hoy los padres y madres educan a sus hijos e hijas, la influencia del consumismo en los jóvenes. Surgieron ejemplos de los diferentes paradigmas de juventud, así como de las relaciones intergeneracionales, donde priman la protección y el autoritarismo y se considera
problemáticos a los adolescentes. Se establecieron comparaciones con los adolescentes de otros tiempos, con balances positivos y negativos para unos y otros.
En cuanto a los procesos de participación y cooperación, se planteó que los jóvenes participan cuando se integran, si se escuchan sus criterios y se les da un papel en la sociedad. Con la participación se logra motivación, comunicación, integración. Se planteó también que en las formas de participación social intervienen múltiples factores, entre los que están las necesidades materiales y las diferencias marcadas entre los jóvenes. La creatividad fue vista como algo inherente a los niños, y en la discusión grupal se aseveró que es un proceso que se desarrolla y en el cual es necesario incidir y al que hay que estimular.
Se continuó evidenciando una gran preocupación por la crianza de los hijos, los temores que produce su crecimiento y su relación con el afuera. En un principio predominaron más las angustias personales que la proyección del trabajo, y se hicieron observaciones críticas sobre la vida cotidiana. Aparecieron preocupaciones por las relaciones intergeneracionales y por los problemas de la cotidianidad que atraviesan las relaciones familiares y la crianza de los hijos.
En general, se valoraron los nuevos aprendizajes del curso. Y sin dudas se mostró una conciencia crítica acerca de los paradigmas de juventud que limitan el desarrollo y la participación adolescente. En cuanto al papel del gestor se planteó que “este debe saber qué necesita la comunidad, tiene que tener en cuenta que la comunidad tiene un saber”. Y a la pregunta de “¿Cómo debe ser el gestor?”, se planteó que “comunicativo, alegre, chisposo, educado, que escuche, joven, con intereses, activo, que tenga la posibilidad de llegar, que pueda brindar conocimientos, que se haga entender, que sepa llegar. Tener conocimientos de lo que va a dar”. Se planteó la necesidad de trabajar con una metodología para poder desarrollar mejor las actividades con los adolescentes.
Desde la dinámica, vimos un grupo con sentimientos de pertenencia y experiencia de trabajo de la actividad postal y filatélica, que a partir de este curso incorporó nuevos conceptos acerca de la adolescencia y que necesita perfeccionar su trabajo desde un punto de vista metodológico. Algunos miembros del grupo consideraron que esta experiencia les había servido para mejorar las relaciones con sus hijos.
Una estrategia lúdica para el abordaje de la actividad postal y filatélica con
adolescentes A partir del desarrollo del curso surgió la propuesta de construir una estrategia lúdica sobre la actividad postal y filatélica para adolescentes que sirviera de guía a los gestores y las gestoras comunitarios. La elaboración de esta guía —que se construye en estos momentos colectivamente—pasó a formar parte de la actividad práctica del curso.
Las especialistas tomaron conciencia de las debilidades metodológicas del trabajo que venían realizando, entendieron que había que modificar el modo de ac-
tuar, y pasar de un programa que parte de posiciones centralizadas, reguladas e institucionalizadas a otras formas de trabajo más participativas. Se reconoció la importancia de conformar las sesiones a partir de una metodología que permita la participación, la cooperación y la creatividad de los y las adolescentes, al considerar, además, que esta metodología le da mayor seguridad al gestor en su proceder. Sin embargo, todavía en esta fase del proyecto se presentaron resistencias al cambio de paradigmas, lo que implica un gran esfuerzo para construir una estrategia con un modo de actuar horizontal, vinculante y flexible.
Los paradigmas tradicionales y las relaciones adultocentristas que se reflejaron también en los roles materno-filiales son fuertes, y aunque se pueden reconocer a nivel consciente, tienen componentes afectivos que se podrán modificar en la medida que se avance en el proyecto aún no concluido. Estas posiciones, en las que el adulto mantiene relaciones de poder asimétricas con los jóvenes, se han establecido socialmente durante siglos, permanecen en nuestra sociedad y se ponen de manifiesto en la vida cotidiana de la familia a través de los roles paterno y materno, en las escuelas y en otras instituciones con conductas como el paternalismo, el autoritarismo, la sobreprotección y otras.
La construcción de la guía es un proyecto que permite la participación, la cooperación y la creatividad de las gestoras, al tiempo que va transformando las relaciones intergeneracionales y, por tanto, estableciendo una nueva manera de actuar.
Algunas consideraciones finales
Este proyecto comenzó a finales del mes de mayo del 2011 con tres etapas fundamentales: el intercambio inicial y la exploración del escenario, que dio paso a un diagnóstico y al diseño de la acción formativa, de la que a su vez surgió el proyecto de elaboración de una estrategia lúdica para el abordaje de la actividad postal y filatélica.
Al principio parecía sencillo impartir un curso sobre la adolescencia, pero el tiempo transcurrido ha demostrado que no bastaba con el conocimiento teórico y/o metodológico, ya que se tienen que ir produciendo transformaciones que impliquen nuevos aprendizajes e incluso desaprendizajes que modifiquen los paradigmas sobre la juventud, las relaciones intergeneracionales, en fin, las relaciones de poder. Solo de esa forma se pueden cambiar los modos de actuar.
No es posible propiciar una participación protagónica, relaciones de cooperación y una verdadera creatividad en la gente joven desde posturas adultocéntricas; por ello el proyecto se ha centrado en esta etapa en un acercamiento a nuevos paradigmas desde la construcción de una guía (que es solo el pretexto) para que pongamos la mirada —como grupo gestor— en la adolescencia y la juventud como actores estratégicos del desarrollo y productores de cultura, desde la colaboración intergeneracional.
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NOTAS
1 I. Pastor: “El museo como espacio educativo”, en Colom y colaboradores: Modelos de intervención socioeducativa, Narcea S. A. DE EDICIONES, Madrid, 1992.
2 Ibid., p. 100
3 Museo Postal Cubano José Luis Guerra Aguiar, plegable diseñado por Yoanny Gutiérrez .
4 El gestor o gestora comunitario 1) puede diseñar y poner en práctica acciones de cambio, tiene la capacidad de identificar los problemas sociales de los diferentes grupos que componen su contexto, pero también la sensibilidad, para develar contradicciones que permitan la transformación a favor del desarrollo social emancipatorio y del afianzamiento de los valores socioculturales más genuinos de lacomunidad y del proyecto social cubano; 2) es copartícipe en la gestación de procesos que potencien a la comunidad como sujeto de sus transformaciones, y en este sentido ni la suplanta ni la asiste, la empodera para que descubra sus fortalezas y despliegue su potencial creativo a favor de una vida mejor.
5 Conjunto de acciones definidas por un grupo a desarrollar en un espacio y tiempo concretos a partir de objetivos que responden a sus necesidades y que son viables. Su éxito dependerá del grado de presencia en ese plan de lo comunitario como cualidad del desarrollo. Los ejes del autodesarrollo están centrados en la conciencia crítica, la creatividad, la participación, la cooperación y el proyecto.
6 Dina Krauskopf menciona este término, referido a los y las adolescentes, como mecanismo de autoafirmación y empoderamiento para lograr su visibilización.