En los últimos diez años, ampliar y profundizar en la diakonía, en el servicio,
se ha instalado en el centro de la acción, la reflexión y la misión de algunas de las iglesias evangélicas, centros de inspiración cristiana y movimientos ecuménicos en Cuba. Para estas la diakonía es testimonio, adoración y acción decisiva en la construcción del Reino de Dios.
La misión de la iglesia es testimonio (marturía). Jesús nos dice: “Me seréis testigos” (Hch 1,8). El testimonio es la obediencia al mandato de nuestro Señor Jesucristo a hacerse testigos. ¿Testigos de qué? Testigos de Jesús de Nazaret; testigos de su predicación; testigos de su acción, es decir, testigos de lo que él vino a hacer: proclamar el reino de Dios e inaugurarlo en su persona; testigos de la resurrección de Jesucristo, de ese Señor resucitado que inaugura el reino y que Dios nos da garantía de que ese reino es realizable en la historia.
¿Cómo testificar a ese Señor Jesús resucitado? Adorando a Dios en cada momento. Adorando a ese Dios que no quiere sacrificios sino misericordia. Es decir, que la adoración es el fundamento del testimonio y el testimonio se da en el servicio (no en el sacrificio). Lo que a Dios le agrada es el servicio. La diakonia entonces es adoración a Dios… diakonia es justicia, diakonia es testimonio y la misión de la iglesia es dar testimonio de nuestro Señor Jesucristo. El testimonio, por tanto, que es la diakonia es contribuir a la realización del reino de Dios que testificamos.1
Para quienes se entregan a la praxis diacónica encaminada a satisfacer las necesidades de sus comunidades, se hace cada día más necesario contar con herramientas que ayuden a conocer cuáles son esas necesidades, cuáles son los problemas, las carencias, las angustias a que deben atender como parte de su acción pastoral. Acción pastoral que, a su vez, está encaminada a lograr una sociedad más justa, en la que no haya personas que sufran por no tener formas de satisfacer las necesidades esenciales de la vida o por no poder gozar de la dignidad humana y de vida en abundancia. Jesús de Nazaret, con el testimonio de su ministerio, llama a este compromiso.
[Jesús] vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto he ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca… (Lc 4,16-22)
…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Jn 10,10)
El presente trabajo intenta contribuir a la reflexión de quienes se acercan pastoralmente a una comunidad, conscientes del papel de la comunidad de fe y de los cristianos en las transformaciones que permitan la satisfacción de las necesidades de sus comunidades, y conscientes también de la importancia de explorar profundamente en esas necesidades y problemas en medio del desarrollo de la
acción pastoral. Es un tema también importante porque puede aportar a la reflexión y al debate en estos momentos en que los movimientos ecuménicos cubanos, encabezados
por el Consejo de Iglesias de Cuba y algunas iglesias tanto nacionales como locales, se encuentran desarrollando procesos de fortalecimiento institucional y reclaman herramientas teórico-prácticas para llevar adelante esta labor. Específicamente se propone resaltar, presentando como instrumento la Investigación-Acción Participativa, la importancia de la participación de la propia comunidad
en la investigación y en la transformación de la realidad, como sujeto de su propia historia.
Para aportar a esta reflexión hemos realizado una búsqueda bibliográfica y sistematizado algunas ideas relacionadas con el análisis social como parte del ámbito de la acción pastoral, para detenernos posteriormente en la Investigación-Acción Participativa, sus características, objetivos, funciones, las especificidades del trabajo del equipo investigador y las etapas de la investigación, a saber, fase preliminar, proceso organizativo, formulación del problema, diseño y métodos de investigación, recopilación y análisis de la información y uso de resultados. También se relacionan ejemplos de experiencias cubanas de Investigación-Acción Participativa como parte de una pastoral de acompañamiento que haga crecer a la comunidad y pueda motivar futuras investigaciones, y se realiza un repaso al tema investigado con ayuda de una lectura del capítulo 18 del Exodo.
El ámbito de la acción pastoral
Si bien la misión de la iglesia siempre es la misma en todo lugar y en todo momento, aun en distintas situaciones políticas y económicas y distintas tradiciones culturales –porque tenemos todas un mismo Señor, Jesucristo, una sola Escritura y una fe en ese Señor que nos une; proclamamos un mismo Evangelio: la Buena Noticia del Reino de Dios– esa misión es, al mismo tiempo, distinta, porque
ese Dios y Señor se encarna, se hace Dios con nosotros: Dios en medio de nosotros se hace ser humano en un contexto, un pueblo, un tiempo y una cultura específicos.
Ese Dios encarnado en Jesús de Nazaret se hizo ser humano en el contexto político, económico, cultural y social de la Palestina de su tiempo. Por tanto, la misión de
la iglesia, si queremos seguirnos llamando cristianos y ser fieles a ese nombre, tiene que ser una misión encarnada y contextualizada.
Si analizamos las definiciones de acción pastoral que aparecen en el Módulo de Fundamentos de la Pastoral del Seminario Bíblico Latinoamericano, veremos que dan
cuenta de que lo que se entiende por pastoral en el contexto de la teología latinoamericana tiene gran similitud con la comprensión que existe en algunos sectores de la iglesia protestante en Cuba. En ambos casos, el ámbito de la acción pastoral no es un espacio en el intramuros, al interior de la iglesia, sino que, sin excluir a la comunidad de fe, la trasciende y llega a ser la sociedad de la cual la misma iglesia forma parte.
A) La acción pastoral es, entonces, el cuidado que se ejerce sobre una necesidad concreta en el nombre de Dios, con sentido de vida eterna. Porque su origen es divino, su sentido es divino y su fin es divino.2
B) Pastoral es toda aquella acción que busca correlacionar el evangelio (o la fe cristiana) con las situaciones concretas del diario vivir, sirviendo de puente para la experiencia (internalización, incorporación y actualización) de la fe en la vida cristiana. Y puesto que la vida cotidiana toma diversas formas, la pastoral será tan complicada como la vida misma. De ahí que al hablar de pastoral se necesite concretar la clase de acción a la que se refiere.3
C) La pastoral es la acción de las iglesias y de los cristianos que, fundados en la acción salvífica de Jesús y en sus valores, intentan construir el reino de Dios en una determinada sociedad. Esta acción incorpora la combinación de diversas tareas, entre las cuales se destacan:
a) la edificación de la comunidad cristiana por medio de la proclamación de las buenas nuevas de salvación (kerygma); b) la formación educativa del creyente en la Palabra de Dios, estudiada a la luz de su propia realidad (catequesis); c) el servicio y la solidaridad a favor de personas, sectores o grupos oprimidos
espiritual, material, social, cultural, racial o sexualmente, de allí lo salvífico de la acción pastoral (diakonía).
D) La celebración litúrgica de la fe es una reafirmación de la esperanza y la solidaridad de la comunidad de fe entre sí y hacia el mundo necesitado del cual forma parte (koinonía).4
En las tres definiciones analizadas se habla de una acción pastoral contextual, encarnada, a la cual se hace mención con palabras como: “el cuidado que se ejerce
sobre una necesidad concreta”, “las situaciones concretas del diario vivir” y “en una determinada sociedad”. Pero muchas veces, lamentablemente, las iglesias se lanzan a realizar acciones pastorales hacia la comunidad sin conocer cuáles son sus necesidades, o sin que las necesidades que se pretende satisfacer sean necesidades sentidas, lo cual desemboca en trabajos desgastantes, en proyectos que mueren al poco tiempo de iniciados y en otras experiencias de frustración.
Para llevar adelante una acción pastoral encaminada a la satisfacción de las necesidades de la comunidad se hace imprescindible explorar sus necesidades y problemas, así como las potencialidades y oportunidades que exhibe para partir de la situación actual y llegar a la situación deseada.
Dicho en otras palabras: es importante realizar con todo rigor una investigación de la realidad, un análisis social que permita conocerla, comprenderla y pasar a transformarla.
Desde dónde hacemos el análisis social
El análisis de la sociedad no se hace desde un punto neutral. La absoluta objetividad es una pretensión. Los intereses de la investigadora están presentes e influyen en las ciencias sociales. El análisis social depende de los intereses y del posicionamiento social desde el cual se mira y analiza la realidad. Esto implica que sean diferentes las opciones previas del analista social que trabaja para una empresa, un ejército o un partido político conservador que las de una educadora popular o investigador al servicio de un movimiento social, partido popular, universidad o comunidad eclesial interesados en el cambio de la sociedad
sobre la base de ayudar al pueblo a ser sujeto de su propia historia.
Consideramos importante la realización de una investigación o análisis social que potencie la constitución de sujetos y la transformación social. Este objetivo puede
asumir diversos estilos según el contexto, los recursos disponibles, el propósito inmediato con que se realiza el análisis, etc. Se puede realizar a través de una investigación académica o de una investigación participativa.5 Si bien la investigación académica y la participativa no son paradigmas que se opongan en términos absolutos, insistimos en la necesidad de realizar procesos de investigación, siempre que sea posible, que no utilicen a las personas como informantes pasivos sino que, a través de la participación, desarrollen la sabiduría, la creatividad, las capacidades organizativas y dejen como resultado una serie de capacidades instaladas que le permitan a la comunidad continuar trabajando en el mejoramiento de sus condiciones de vida.6
Investigación-Acción Participativa
La Investigación-Acción Participativa (IAP) forma parte de la metodología cualitativa en la investigación social y para ella no existe un cuerpo teórico ni un modelo único.7
La metodología de la IAP ha venido desarrollándose y aplicándose en proyectos sociales de diversa índole que buscan el desarrollo de modelos alternativos de planificación, ejecución y evaluación de procesos de transformación social mediante la participación colectiva en la investigación y la acción de los sectores anteriormente tenidos en cuenta sólo como objetos pasivos de estudio…
La IAP se ha establecido ya en el mundo como un concepto, como una filosofía y una metodología de transformación y aprendizaje…
La IAP forma parte de una nueva visión del mundo, es una metodología que incluye supuestos filosóficos acerca de la naturaleza de los individuos y sus relaciones con el mundo físico y social. Los procesos a que da lugar la IAP son procesos emancipatorios; al devolver o fortalecer en los distintos sujetos sociales su carácter de sujetos históricos, llevan a exigencias relacionadas con las necesidades de quienes participan en los procesos de investigación y acción colectivos, en busca de alternativas benéficas de cambio radical.
La IAP ha destacado que trabajando y aprendiendo en acciones de tipo colectivo se logra una mejor posibilidad de transformación de una determinada situación.8
Se comprende a la IAP como un método que es, a la vez, una filosofía de vida, porque requiere de un compromiso y una postura ética. Ha sido utilizada en el acompañamiento a las luchas de campesinos, mujeres, comunidades indígenas, comunidades eclesiales de base, niños y adolescentes.
La IAP tiene una serie de características entre las que se destacan las siguientes: el problema a estudiar tiene una perspectiva comunitaria; el objetivo último de la investigación es la transformación y el mejoramiento de las vidas de los sujetos implicados; el control del trabajo está a cargo de los movimientos de base; la investigación propicia la participación activa de las personas de la comunidad
donde se desarrolla; la participación se combina con la investigación y la teoría con la práctica; se mantiene un esfuerzo consciente en el ritmo de acción-reflexión del trabajo; el trabajo se dirige, fundamentalmente, a grupos marginados; se acentúa el compromiso desde una posición crítica y liberadora al devolver o fortalecer el carácter de sujetos históricos a distintos sectores sociales; se hace retornar la información a la comunidad en el lenguaje y en la forma cultural en que tuvo origen; y se potencia el carácter educativo de la investigación mediante la acción transformadora.
La IAP actúa como catalizador en los procesos de transformación social, durante los cuales pueden cambiar los individuos, aunque el objetivo final y explícito es lograr una sociedad más justa en la que el bienestar material y los derechos sociopolíticos de las personas sean una realidad. Sus funciones son “a la vez cognitivas y transformadoras porque se vinculan la producción de conocimientos y la acción social, al proveer un marco en el cual las personas y comunidades que buscan superar situaciones de opresión puedan llegar a entender las fuerzas sociales que operan y actuar organizadamente para superarlas.
La IAP es un trabajo profundamente educativo, entendiendo la educación no en el sentido de transmisión de conocimientos sino de su construcción por medio de la búsqueda y la investigación. El conocimiento no se deriva sólo de los resultados de la investigación, sino también del proceso mismo, y se traslada directamente a la acción colectiva, para la cual ha sido creado.
El equipo investigador involucrado en la IAP debe compartir el sentido del problema con la comunidad y debe estar comprometido con la solución. Trabaja para ayudar a convertir los problemas sentidos (y no articulados) en temas identificables para la acción colectiva. El equipo generalmente inicia los procesos de investigación de la IAP, estimulando desde una agencia de desarrollo comunitario, un servicio de extensión universitaria, una iglesia, etc., el interés de la comunidad en participar en la actividad investigativa y en la acción. El equipo promotor de la IAP tiene que conocer la comunidad y ser aceptado por la misma.
La IAP tiene seis etapas: fase preliminar, proceso organizativo, formulación del problema, diseño de investigación y métodos, recopilación y análisis de la información, uso de resultados.
Fase preliminar
Es la fase que permite que la comunidad y el equipo investigador se conozcan mutuamente. En ella el equipo participa en la vida de la comunidad y se nutre de estudios sociales e históricos existentes, y analiza documentos, entrevistas y observaciones ya realizados. También se explica la finalidad del proyecto y se comienza a identificar individuos claves a los cuales se les solicita que asuman
papeles activos en la ejecución.
Proceso organizativo
Es una fase que requiere una gran dosis de esfuerzos y tiempo. En ella la comunidad decide cómo formular el problema de investigación, qué información debe obtenerse,
cuáles son los métodos y procedimientos a utilizar, de qué manera se analizarán los datos, qué se hará con los resultados y qué acciones tendrán lugar.
Es muy importante que al decidir qué información debe obtenerse se tome en cuenta un esquema con triple enfoque de la realidad que incluya los siguientes aspectos: la
descripción de la realidad (material y objetiva) del contexto; el análisis de la práctica social e histórica (acciones concretas); y los criterios y valores (subjetividad) de las personas que aprecian esa realidad.9
En este proceso el equipo investigador desempeña el papel de organizador, facilitador y personas-recursos.
La formulación del problema
En esta etapa ya la comunidad conduce organizativamente la investigación, mientras que el equipo investigador pone sus conocimientos a dialogar respetuosamente con
los de las personas de la comunidad y aporta técnicas que potencien la participación y ayuden a hacer explícitos los problemas y necesidades latentes. Aquí se formula el problema, limitando su alcance y decidiendo cuáles serán las
dimensiones a explorar.
Diseño y métodos de investigación
Aquí nuevamente el papel del equipo de investigación es activo, al ser el responsable de presentar las opciones metodológicas a considerar, procurando la capacitación de los integrantes de la comunidad para que se apropien de estos instrumentos. También se deciden los datos a recoger y la forma en que se hará esta recolección. La información se recopila, se procesa y se entrega al público. En cada uno de estos pasos debe haber personas de la comunidad estrechamente vinculadas.
Recopilación y análisis de la información
La IAP da gran importancia a propiciar la participación de las personas en actividades que las investigaciones académicas tradicionales reservan sólo a los investigadores, como la elaboración de cuestionarios y guías de entrevistas y la recolección de datos empleando estos y otros instrumentos. La empatía de los sujetos con la finalidad del estudio y con quien pregunta condiciona la validez
de los datos. Esto no significa que el equipo investigador renuncie a su responsabilidad en la toma de decisiones técnicas respecto a qué preguntas hacer, cómo formularlas y en qué orden, etc.
Todos los métodos de investigación de las ciencias sociales pueden ser utilizados para la búsqueda o recopilación de información , aunque se prefiere potenciar el
empleo de aquellos instrumentos que propicien la participación activa de los miembros de la comunidad: observación, diario de campo, matriz de recolección de datos, encuesta selectiva, entrevistas en profundidad, reuniones, encuentros, talleres, sociodramas, grupos focales, investigación histórica en archivos, bibliotecas, autobiografías e historias de vida.10
Los datos recopilados sirven de referencia para los análisis y comparaciones posteriores que se analizan con la participación de la comunidad (bajo enfoques cuantitativos y cualitativos) a fin de descubrir las dimensiones del problema bajo investigación y para conseguir una guía para la acción colectiva. Los instrumentos de análisis –cruce de datos, análisis de los factores causales y sus interacciones y otros– nos brindan la oportunidad de identificar y cuantificar los problemas, las dificultades, las limitaciones principales, así como los protagonistas, responsables de las acciones de transformación de la realidad y sus potencialidades, todo lo cual ayudará a ubicarse en el punto de partida desde el cual se analizará la transformación.
Para hacer el análisis se hace necesario describir; ordenar o clasificar; priorizar; analizar en busca de explicaciones, causas, consecuencias; sacar conclusiones (puntos de llegada que se convierten en nuevos puntos de partida, de profundización, de análisis, de conocimiento).11
Uso de resultados
Los datos que surgen de la investigación de un problema son útiles para organizar acciones comunitarias, para elaborar políticas, para organizar acciones comunitarias, para concebir programas y proyectos, para guiar la acción pastoral, para ejecutar medidas de cambio social, para constituir nuevos temas de reflexión colectiva.
Aquí la información recolectada, procesada y analizada regresa a la comunidad para ser evaluada, analizada, discutida y, después de aprobada, utilizada en la creación
de un plan operativo para la solución de los problemas investigados. Se completa así un ciclo del “proceso de transformación social bajo control popular”, ya que los
conocimientos que conseguimos nunca serán acabados o completos, porque la realidad es compleja y cambiante.
Experiencias cubanas de IAP como parte de una pastoral de acompañamiento que haga
crecer a la comunidad
En la década de los noventa, la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao, el Departamento de Coordinación y Asesoría de Proyectos del Consejo de Iglesias de Cuba (DECAPCIC) y el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr. (CMMLK) de La Habana, comenzaron a realizar un trabajo sistemático de Investigación-Acción Participativa como parte de su ministerio diacónico, al que posteriormente se han unido otras congregaciones locales, centros cristianos, movimientos ecuménicos, proyectos y programas específicos de algunas denominaciones evangélicas.
Sus antecedentes e inspiración se encuentran en los estudios de algunas sistematizaciones de experiencias pastorales latinoamericanas;12 en contactos con educadores populares latinoamericanas mayoritariamente vinculados al trabajo de comunidades eclesiales de bases, movimientos e instituciones ecuménicos latinoamericanos; y por el trabajo de algunas ONG de inspiración cristiana y organizaciones involucradas en el desarrollo comunitario. La sistematización de estas experiencias cubanas supera los objetivos de este artículo y cada una, por su magnitud e importancia, constituiría un trabajo en sí misma. Tanto de los resultados como de los aciertos, desaciertos, alegrías, dolores, esperanzas y frustraciones de cada proceso hay mucho por aprender para seguir haciendo.
A modo de ejemplos y como una invitación a completar la lista y a profundizar en el conocimiento de cada experiencia podrían mencionarse el Proceso de Planificación
Estratégica del DECAP-CIC;13 el Proceso de Desarrollo Institucional del CMMLK;14 el Programa de Trabajo de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao;15 el trabajo de la Coordinación Obrero-Estudiantil Bautista de Cuba (COEBAC) desde julio de 1996 hasta agosto de 1997;16 el trabajo con el proyecto La Marina del Centro Kairos para las Artes y la Liturgia en Matanzas; el Proceso de Planificación Estratégica del Programa BIOVIDA de la Iglesia Cristiana Pentecostal Unida;17 el Programa de Trabajo de la Iglesia Presbiteriana Reformada de Luyanó.
Cada una de estas experiencias da cuenta de la preocupación por explorar las necesidades y los problemas de la comunidad con el fin de fundamentar la acción pastoral (en estos casos una pastoral de servicio y acompañamiento). Ninguna de ellas se quedó en una simple observación, sino que intentó ir más allá, al análisis de la realidad –con ayuda de procesos de IAP– para elaborar un conjunto de conclusiones sobre los problemas y necesidades prioritarios de las comunidades y confeccionar un primer borrador de propuestas pastorales que apunten a transformar
esa realidad analizada que se va perfilando posteriormente y que desemboca en programas, proyectos y acciones diversos.
Una lectura de Exodo 18
A la luz de lo analizado en el presente trabajo releamos el texto bíblico de Exodo 18.
Oyó Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés y con Israel su pueblo… Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de este, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios… y Moisés salió a recibir a su suegro… Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho…
Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo?
¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro
las ordenanzas de Dios y sus leyes.
Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo tú, y también todo este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado
pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y
las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo
tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.
Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que
dijo.
La reserva de sentido de este texto se acompaña de agradables sorpresas si leemos este pasaje bíblico desde la experiencia de una iglesia que quiere desarrollar una
acción pastoral de servicio y solidaridad a favor de personas, sectores o grupos oprimidos espiritual, material, social, cultural, racial o sexualmente, rescatando lo salvífico y el testimonio de la acción pastoral (diakonía) al pueblo, a la comunidad en medio de la cual está.
Vemos a Moisés, dedicado completamente a servir al pueblo, consagrando a ello todas sus energías, hasta el agotamiento, y a su pueblo viviendo y sufriendo el problema
pero sin haberlo explicitado, articulado, formulado. Imaginemos a Jetro como un investigador social que llega al lugar (Ex 18,5).
Para recordar las características distintivas de la IAP veamos cómo Jetro conoce la historia del pueblo y de su gente (Ex 18,1-8): escucha noticias, se acerca, acampa,
entra en contacto físico, dedica tiempo a escuchar historias; convive con ellas, comparte la adoración, los alimentos, el regocijo (Ex 18,9-12); observa (Ex 18,14);
pregunta (Ex 18,14) y no sólo sobre lo cuantitativo (qué, cuánto, dónde, cuánto), sino que explora los sentidos, los valores (por qué tú… y todo el pueblo…); escucha (Ex 18,15-16); hace propuestas metodológicas, da pistas, expresa sus opiniones, aconseja (Ex 18,17-19); promueve la participación activa de las personas de la comunidad y de sus líderes, a la vez que acentúa el compromiso desde una posición crítica y liberadora al devolver o fortalecer el carácter de sujetos históricos a distintos sectores sociales (Ex 18,20-22); está interesado en la transformación y el mejoramiento de las vidas de las personas implicadas
(Ex 18,22-23); somete las propuestas a aprobación y también hace retornar la información en el lenguaje y en la forma cultural en que tuvo origen (Ex 18,23); potencia el carácter educativo de la investigación a través de la acción
transformadora demostrado en un cambio organizativo que deja capacidades instaladas para que la comunidad desarrolle el proyecto de forma autónoma al retirarse “el investigador” (Ex 18,25-27).
Para rememorar las etapas de la IAP veamos nuevamente el texto. Fase preliminar: llega un agente externo de cambio, ingresa en la comunidad y estimula a sus miembros, que viven el problema, a investigar acerca de él (Ex 18,1-14). El investigador conoce la comunidad por medio de información que existe sobre ella. Es ideal que viva en la comunidad y que sea presentado y aceptado (Ex 18, 14-18). Proceso organizativo: el investigador organiza y facilita la discusión. Es una persona-recurso a quien se puede acudir para consultar. Ayuda a organizar reuniones
en las que se discuten asuntos relacionados con la investigación. Formulación del problema: poniendo a dialogar los conocimientos se formula el problema, limitando su
alcance y decidiendo las dimensiones a ser exploradas. Se estimula la participación. Hace que salgan a la luz los problemas latentes pero no sentidos (Ex 18,1-16). Diseño de investigación y métodos: métodos para la recopilación
de información que debe ser analizada y entregada al público. Aquí se utilizan la observación, las investigaciones de campo, las entrevistas en profundidad, el diálogo en el que se intercambien información, sentimientos y valores, etc. (Ex 18,14-18). Recopilación y análisis de la información y (Ex 18,19-27) uso de los resultados: los hechos que surgen de la investigación son útiles para
organizar acciones comunitarias, para ejecutar medidas de cambio social. La información recolectada y analizada regresa a la comunidad para ser utilizada en la solución de los problemas investigados al elaborar un instrumento operativo que ayude a resolver los problemas.
Después de lo analizado en el presente trabajo y de repasarlo con ayuda de las ideas sugerentes que nos regala la narración del encuentro de Moisés y Jetro en Exodo 18, recordemos que Jesús, con su encarnación y ministerio, nos llama a una acción pastoral encaminada a lograr una sociedad más justa, en la que no haya personas que sufran por no tener formas de satisfacer las necesidades esenciales de la vida o por no poder gozar de la dignidad humana y de vida en abundancia.
Conclusiones
Quienes se acercan pastoralmente a una comunidad deberían: A ) estar conscientes del papel de la comunidad de fe y de los cristianos en las transformaciones que permitan la satisfacción de las necesidades de sus comunidades; B) reconocer la importancia de explorar profundamente esas necesidades y problemas en medio del desarrollo de la acción pastoral; y C) valorar la importancia de la participación
de la comunidad en la investigación y la transformaciónde la realidad como sujeto de su propia historia.
Si deciden hacerlo así, en la Investigación-Acción Participativa
podrán encontrar “ayuda idónea”, porque la IAP es un proceso profundamente educativo que actúa como catalizador en los procesos de transformación social, cuyo
objetivo final y explícito es lograr una sociedad más justa en la que el bienestar material y los derechos sociopolíticos de las personas sean una realidad. Sus funciones son “a la vez cognitivas y transformadoras”, porque vinculan la producción de conocimientos y la acción social, al proveer un marco en el cual las personas y comunidades que buscan superar situaciones de opresión puedan llegar a entender las fuerzas sociales que operan y actuar organizada y colectivamente para superarlas.
En el recorrido hecho en este trabajo se parte de mostrar el análisis social como parte del ámbito de la acción pastoral y se resalta la Investigación Acción Participativa, sus características, objetivos, funciones, las especificidades
del trabajo del equipo investigador y las etapas de la investigación: a) Fase preliminar, b) Proceso organizativo, c) Formulación del problema, d) Diseño y métodos de investigación, e) Recopilación y análisis de la información
y f) Uso de resultados. Con la relación de ejemplos de experiencias cubanas de Investigación-Acción Participativa como parte de una pastoral de acompañamiento que
haga crecer a la comunidad esperamos aportar al debate en torno al tema, motivar un acercamiento a esta práctica y a la realización de futuras investigaciones.
Las experiencias de este tipo de Investigación-Acción Participativa como parte de una pastoral de acompañamiento que haga crecer a la comunidad son una bendición para todas los que participan en ellas, pero lamentablemente aún son escasas y bastante poco conocidas. Delante de nosotros está el reto de conocerlas, sistematizarlas y multiplicarlas.
Notas:
1 Reinerio Arce: “El sentido teológico de la diakonía cristiana desde una perspectiva cubana”, ponencia presentada en la Primera Consulta sobre la Cooperación Eclesiástica Cuba- Alemania, celebrada en Las Yagrumas, La Habana, del 5 al 10 de abril de 1997. (Notas tomadas por la autora).
2 Rolando Gutiérrez: Educación teológica y acción pastoral en América Latina hoy, p. 45 (citada en el Módulo de Fundamentos de Pastoral, SEBILA, San José, Costa Rica, p. 14).
3 Orlando Costas: Educación teológica y acción pastoral en América Latina hoy, p. 37 (citada en id.)
4 Equipo Pastoral SBL en id.
5 Ver Orlando Fals Borda y Carlos Rodríguez Brandao: La investigación participativa, Instituto del Hombre, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1991, pp. 31-48.
6 Ver Cómo analizar la sociedad. Cuaderno No. 2 Equipo FOSDI, Centro de Investigación y Educación, Bogotá, junio de 1990. (Incluido como Apéndice C-2 en el Módulo de Fundamentos de Pastoral, SEBILA, San José, Costa Rica. pp. 133-137).
7 Para una introducción al tema se recomiendan los trabajos de Lily Suárez y Maritza Gómez: “Investigación-Acción Participativa”, en Metodología de investigación cualitativa. Selección de textos, Colección Educación Popular, Editorial Caminos, La Habana, 1999, pp. 35-46; y Margarita Alonso: “La investigación cualitativa. Características, métodos y técnicas fundamentales”, en ibid, pp. 7-18.
8 Lily Suárez y Maritza Gómez: op. cit., pp. 35-36.
9 Para profundizar en estos aspectos ver Manual de gestión para proyectos comunitarios, Consejo de Iglesias de Cuba-Departamento de Coordinación y Asesoría de Proyectos, La Habana, 1997, pp. 4-5.
10 Para una explicación de estas técnicas ver ibid, pp. 7-46; y Rolando Soto Murillo: Diagnosticar, planear, organizar en el ministerio pastoral, Cuaderno no. 3 de Pastoral Administrativa del Curso de Educación Pastoral (CEPAS), San José, Costa Rica, 1987. pp. 30-35.
11 Ver “Manual de diagnóstico participativo”, s.f., pp. 8-11.
12 Algunos ejemplos de estas sistematizaciones conforman la Unidad 6 del Módulo de fundamentos de pastoral, Equipo de Pastoral del SBA, SEBILA, San José, Costa Rica, 1993.
13 Esta experiencia está minuciosamente recogida en memorias (no publicadas) que forman parte de los archivos del DECAP-CIC y a la vez está sirviendo como base metodológica en estos momentos a un proceso de diagnóstico llevado a cabo por el Consejo de Iglesias de Cuba.
14 Esta experiencia está minuciosamente recogida en memorias (y está siendo parcialmente sistematizada) que forman parte de los archivos del CMMLK.
15 Esta experiencia ha sido parcialmente recogida en memorias y actas de encuentros de la Junta de Educación Cristiana que forman parte de los archivos de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao.
16 Esta experiencia está parcialmente recogida en memorias publicadas en los últimos números de El Correo Bautista y documentada detalladamente en los archivos de la COEBAC.
17 Esta experiencia está minuciosamente recogida en memorias
(no publicadas) que integran los archivos del Programa BIOVIDA.