Colombianos:
Durante muchos años los pobres de nuestra patria han esperado la voz de combate para lanzarse a la lucha final contra la oligarquía.
En aquellos momentos en los que la desesperación del pueblo ha llegado al extremo, la clase dirigente siempre ha encontrado una forma de engañar al pueblo, distraerlo, apaciguarlo con nuevas fórmulas que siempre paran en lo mismo: el sufrimiento para el pueblo y el bienestar para la casta privilegiada.
Cuando el pueblo pedía un jefe y lo encontró en Jorge Eliécer Gaitán, la oligarquía lo mató. Cuando el pueblo pedía paz, la oligarquía sembró el país de violencia. Cuando el pueblo ya no resistía más violencia y organizó las guerrillas para tomarse el poder, la oligarquía intentó el golpe militar para que las guerrillas, engañadas, se entregaran. Cuando el pueblo pedía democracia, se le volvió a engañar con un plebiscito y un Frente Nacional que le imponían la dictadura de la oligarquía.
Ahora el pueblo ya no creerá nunca más. El pueblo no cree en las elecciones. El pueblo sabe que las vías legales están agotadas. El pueblo sabe que no queda sino la vía armada. El pueblo está desesperado y resuelto a jugarse la vida para que la próxima generación de colombianos no sea de esclavos. Para que los hijos de los que ahora quieren dar su vida tengan educación, techo, comida, vestido y, sobre todo, dignidad. Para que los futuros colombianos puedan tener una patria propia, independiente del poderío norteamericano.
Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía armada como la única que queda. Sin embargo, el pueblo espera que los jefes, con su ejemplo y con su presencia, den la voz de combate.
Yo quiero decirle al pueblo colombiano qua este es el momento. Que no lo he traicionado. Que he recorrido las plazas de los pueblos y ciudades caminando por la unidad y la organización de la clase popular para la toma del poder. Que he pedido que nos entreguemos por estos objetivos hasta la muerte.
Ya todo está preparado. La oligarquía quiere organizar otra comedia de elecciones; con candidatos que renuncian y vuelven a aceptar; con comités bipartidistas; con movimientos da renovación a base de ideas y de personas que no sólo son viejas, sino que han traicionado al pueblo. ¿Qué más esperamos, colombianos? Yo me he incorporado a la lucha armada.
Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. Me he incorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él encontré los mismos ideales del Frente Unido. Encontré el deseo y la realización de una unidad por la base, la base campesina, sin diferencias religiosas ni de partidos tradicionalistas. Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolucionarios da cualquier sector, movimiento o partido. Sin caudillismos. Que busca liberar al pueblo de la explotación, de las oligarquías y del imperialismo. Que no depondrá las armas mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo. Que en sus objetivos acepta la plataforma del Frente Unido.
Todos los colombianos patriotas debemos ponernos en pie de guerra. Poco a poco irán surgiendo jefes guerrilleros experimentados en todos los rincones del país.
Mientras tanto, debemos estar alertas. Debemos recoger armas y municiones. Buscar entrenamiento guerrillero. Conversar con los más íntimos. Reunir ropas, medicinas y provisiones para prepararnos a una lucha prolongada.
Hagamos pequeños trabajos contra el enemigo, en los que la victoria sea segura. Probemos a los que se dicen revolucionarios. Descartemos a los traidores. No dejemos de actuar, pero no nos impacientemos. En una guerra prolongada todos deberán actuar en algún momento. Lo que importa es que en ese preciso momento la revolución nos encuentre listos y prevenidos. No se necesita que todos hagamos todo. Debemos repartir el trabajo.
Los militantes del Frente Unido deben estar a la vanguardia de la iniciativa y de la acción. Tengamos paciencia en la espera y confianza en la victoria final.
La lucha del pueblo se debe volver una lucha nacional. Ya hemos comenzado, porque la jornada es larga.
Colombianos: no dejemos de responder al llamado del pueblo y de la revolución.
Militantes del Frente Unido: hagamos una realidad nuestras consignas:
¡Por la unidad de la clase popular, hasta la muerte!
¡Por la organización de la clase popular, hasta la muerte!
¡Por la toma del poder para la clase popular, hasta la muerte! Hasta la muerte, porque estamos decididos a ir hasta el final. Hasta la victoria, porque un pueblo desde que se entrega hasta la muerte siempre logra la victoria.
Hasta la victoria final, con las consignas del Ejército de Liberación Nacional.
Ni un paso atrás… ¡Liberación o muerte!
Camilo Torres Restrepo
Por el Ejército De Liberación Nacional:
Fabio Vásquez Castaño
Víctor Medina Moron
Desde las montañas, enero de 1966.
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*—En enero de 1966 Camilo Torres Restrepo escribió este documento que su muerte en combate, el 15 de febrero, convirtió en su testamento político. Caminos ha querido presentar a una nueva generación de cubanos el pensamiento de quien inspirara aquel afiche de Cristo guerrillero que seguramente vieron de niños.