El CMLK en Minga

José Ramón Vidal

Como a cualquier cubano, la palabra minga, que me era desconocida en el año 2002, me provocó un recuerdo que inevitablemente dibujó en mi rostro una sonrisa. Pronto los amigos ecuatorianos me explicaron que se trata de una expresión muy usada en la cultura quichua y que expresa una de las esencias comunitarias de esos pueblos. Minga es trabajo conjunto y solidario. Cuando un miembro de la comunidad necesita del apoyo de sus coterráneos, se organiza una minga para ayudarlo; cuando la comunidad en su conjunto identifica una necesidad, se organiza una minga para tratar de satisfacerla con el esfuerzo mancomunado de todos y todas.
Entonces me pareció excelente que llamáramos Minga Informativa de Movimientos Sociales a aquella experiencia que planeamos realizar en el Tercer Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, en enero del 2003. Se hizo la convocatoria a los movimientos que estaban interrelacionados en la comunidad web a través del sitio WWW.MOVIMIENTOS.ORG.
Lo que propusimos fue hacer un taller, antes de comenzar el Foro, con los periodistas y otros comunicadores de los movimientos, para intercambiar sobre aspectos conceptuales y técnicos que mejoraran el desempeño de nuestros medios alternativos, y que organizáramos una cobertura conjunta de aquellas actividades, de las miles que acontecen en el Foro, que tuvieran una mayor relevancia para los movimientos. La iniciativa, que partió de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), fue rápidamente acogida por nuestro Centro. Nos dimos a la tarea de conseguir fondos para financiar la experiencia, preparamos de conjunto con ALAI el diseño del taller y partimos para Porto Alegre con un cartucho —que no se cómo pasó sin problemas por todas las aduanas— donde llevábamos los dieciocho mil dólares que teníamos para cubrir todos los gastos. En Porto Alegre nos recibió un compañero del Movimiento Sin Tierra (MST), quien ya tenía todas las coordinaciones hechas para contratar el local, las computadoras y la conexión a Internet necesarias para que funcionara bien aquella especie de agencia de prensa que inaugurábamos bajo el nombre de Minga Informativa.
Desarrollamos el taller con un poco más de una docena de participantes que serían el equipo de periodistas que le daría cobertura al evento. Muchos de ellos apenas tenían nociones de cómo hacer una información o una entrevista periodística, pero logramos un conocimiento básico y les entregamos por escrito unas normas que les sirvieron de guía. El entusiasmo del grupo y el reconocimiento hecho a la utilidad del taller nos animó sobremanera.
Acostumbrados a los plazos de tiempo necesarios en nuestro país para cualquier montaje de un laboratorio de dieciséis computadoras conectadas a Internet, casi dábamos ya por fracasada la experiencia cuando dos horas antes de la apertura todavía no había llegado al local contratado la empresa que se encargaría de instalar los equipos y ponerlos en funcionamiento. Cuando nuestra preocupación se tornaba frustración, apareció una camioneta con todo el equipamiento y un grupo de técnicos que raudos acometieron la tarea. Pudimos transmitir nuestros primeros despachos y subir al sitio WWW.MOVIMIENTOS.ORG. las primeras informaciones treinta minutos antes de concluida la marcha de apertura del Foro.
La experiencia fue evaluada como excelente por los participantes y por todas las organizaciones representadas, y se pidió que se repitiera en otros eventos.Desde entonces, en cada Foro Social Mundial, Foro de Las Américas, Cumbre de los Pueblos, Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y otros eventos de importancia se constituye la Minga Informativa de Movimientos Sociales, que goza de un ganado prestigio como fuente confiable de informaciones y valoraciones de lo que acontece en ellos.
Pero la Minga ha transcendido su propósito original de cubrir eficientemente los eventos. Hoy es un espacio permanente de socialización de informaciones sobre el quehacer de los movimientos a través de su lista Pasa la Voz, que llega a miles de direcciones de correo electrónico, muchas de ellas de medios de comunicación que replican sus despachos con lo que los ponen a disposición de muy diversos públicos en todas partes del continente. La Minga también se ha convertido en un espacio de
formación de comunicadores populares mediante diversos talleres, cursos a distancia y publicaciones que sistematizan la experiencia que se va acumulando, entre otras iniciativas. El trabajo conjunto y solidario de los comunicadores de diversos movimientos y organizaciones sociales de la América Latina está dando frutos y ha constituido un paso significativo en el crecimiento en cantidad y calidad de la comunicación alternativa en nuestra región.
Es motivo de orgullo para nuestro Centro haber apoyado siempre desde las coordinaciones de coberturas hasta los espacios de formación de este proyecto ya maduro. Hemos llevado la Educación popular como la metodología de trabajo de la Minga, y hemos compartido nuestras experiencias profesionales y nuestros valores éticos y políticos con los participantes. Este espacio, además, ha sido una gran escuela para nuestro equipo de comunicación: hemos conocido mucho más nuestro continente, sus luchas, sus contradicciones; hemos disfrutado de las victorias, como la obtenida en Mar del Plata, donde quedó sepultado el ALCA; y también hemos sufrido cuando la coherencia o la unidad se han debilitado. Todo es parte de la lucha, y la Minga ha sido sobre todo eso: una posibilidad de luchar junto a nuestras hermanas y hermanos de los sectores populares latinoamericanos por otro mundo posible más justo, libre, y próspero.

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